El espacio sorprendente que descubrieron los primeros colonos al llegar al continente americano fue plasmado en obras de arte muy influenciadas por la corriente del Romanticismo imperante en la época. Estas obras se refieren mayoritariamente al fenómeno de la frontera.
Generalmente se entiende por frontera una línea divisoria. Pero en la historia de Estados Unidos, este concepto se refiere a una instancia de conocimiento entre el colono y lo colonizado, en que ambos se relacionan e interactúan, modificándose mutuamente. Además, a diferencia de las fronteras tradicionales, esta es una frontera movible; es una frontera que avanza de este a oeste, abarcando este amplio continente.
"In this advance, the frontier is the outer edge of the wave, the meeting point between savagery and civilization"1
Este proceso se plantea como una posibilidad abierta para los recién llegados, una potencialidad de expandirse, un espacio abierto a llenar, una hoja en blanco. Así, de a poco, este avanzar de frontera se va constituyendo en la historia de esta nación.
"Up to our own day American history has been in a large degree the history of the colonization of the Great West. The existence of an area of free land, its continous recession, and the advance of American settlement westward, explain American development"2
No es cualquier oeste el que se menciona, es el "Gran Oeste". Este espacio que da pie para el proceso de evolución de la nación, ya que la frontera es una continua oportunidad de volver a empezar. 3
"The frontier is the line of most rapid and effective Americanization"4
Por todo lo anterior, la frontera es vista como lo auténticamente americano, lo que se aleja del europeo en su avance hacia el oeste. Esto implica un alejamiento material pero también un alejamiento cultural, espiritual, ya que, en la frontera (y mediante ésta) el europeo se vuelve americano.
La frontera claramente no es indiferente para el colono, todo lo contrario, provoca en él un sentimiento de pertenecer a algo único, de ser excepcional:
"It appears then that the universal disposition of Americans to emigrate to the Western wilderness, in order to enlarge their dominion over inanimate nature, is the actual result of an expansive power which is inherent in them"5
Todos estos sentimientos van a ser recogidos por pintores, y plasmados en cuadros con las características típicas del Romanticismo. Así, en estos cuadros vemos reflejada una naturaleza que provoca al ser humano, al individuo frente al espacio exhuberante, la soledad del hombre frente a este espacio natural sobrecogedor que lo sobrepasa. Se manifiesta así la idea de lo sublime.
Dos pintores muy destacados en este ámbito fueron Thomas Cole y Albert Bierstadt.
1. Frederick Jackson Turner, The frontier in american history, Toronto, Dover publications, 1996, p. 3
2. Ibid, p. 1
3. Ibid, p. 2
4. Ibid, p.3
5. Ibid, p. 7
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